viernes, 27 de marzo de 2009

Discreto amor



Mi viejo corazón toca una puerta,

mi viejo corazón, como un mendigo,

con el afan de su esperanza incierta

pero callando lo que yo no digo.


Por que la que me hirió sin que lo advierta,

la que solo me ve como un amigo,

si alguna madrugada está despierta,

nunca será por que soñó conmigo.


Y sin embargo, ante la oscura puerta

mi corazón como un mendigo loco,

va a pedir su limosna de ternura.


Y cerrada otra vez o al fin abierta

no importa si alguien oye cuando toco

por que nadie sabra cual es la puerta


José Angel Buesa

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